Salvo una o dos excepciones destacadas, casi todos los países industrializados del mundo reconocen que nos estamos enfrentando a un calentamiento global.
Las razones de ese calentamiento global son conocidas: el uso de carburantes fósiles para la energía, transporte y una serie de diversos factores. Pero no podemos simplemente apagar todas las centrales eléctricas que funcionan con carbón o carburante mientras desarrollamos y lanzamos procesos con fuentes «limpias» de energía. De aquí que utilicemos biocarburantes. Como compromiso, el biocarburante cumple con todas las expectativas. Es neutro en carbono, en su mayoría se produce de residuos: productos industriales combustibles, residuos alimenticios y de la agricultura y por supuesto árboles cultivados para tal fin. Casi siempre todos estos productos residuales se peletizan para facilitar su transporte y combustión.
En cuanto a la entrega de biocombustibles peletizados en las líneas de transporte que entran en las calderas de las centrales energéticas, DMN-WESTINGHOUSE es un especialista de renombre. DMN-WESTINGHOUSE recomienda en total seis válvulas rotativas para el tratamiento de biocarburantes peletizados. La elección depende de la calidad del pellet. Como ejemplo, un gran generador energético en el Noreste de Inglaterra usa válvulas rotativas de las series AL y AML modificadas. Estas válvulas cuentan con perforaciones resistentes al desgaste y cuchillas reforzadas del rotor. A pesar de que DMN-WESTINGHOUSE recomienda dos tipos diferentes de válvula desviadora: GPD y BTD, la última es la más apta para el procesamiento de biocombustible peletizado abrasivo. El BTD es una válvula desviadora del tipo bola que se ha diseñado especialmente para procesar productos abrasivos en un sistema de transporte neumático.